jueves, 27 de noviembre de 2008

este viernes 28 de noviembre es el último viernes de un tremendo ciclo, este viernes mi hija termina el colegio. me emociona verla tan mujer, empinándose desde sus 19 añitos a vivir el 20º... y su exquisita tranquilidad que me cobija cada vez que viene. pero no olvido aquellos días de furia y de sangre, y quizás por eso el contraste es más fuerte aún, los opuestos, aquí mismo, presenciàndolos, confluyendo hacia templar el carácter de mi niña hermosa, de mi hija.
a eso de las 22 hrs será mi fiesta para ella, ojalá participes desde donde sea que estés y la recuerdes, y sientas como deja atrás este tremendo pedazo de vida y ojalá sientas cómo se entrega feliz (porque ella está feliz) a todo lo nuevo que está por suceder. ojalá oigas las copas y su ¡plik! al brindar. ojalá escuches el eco de lo que tengo guardado hace 19 años para decirle...

y pensar que aún no llego a la mitad de mi vida y una vez más me veo parada mirando lo que he cultivado a mi alrededor. y ya los primeros frutos se están pintando de color, y me veo al espejo, y ahí estoy yo, detrás de esos ojos brillantes y preguntones... ahí estoy yo, la misma que robaba flores, que temía a los perros, que corría más rápido que los demás... pero esta vez estoy adornada. tengo brotes, tengo muchos brotes y también tengo entereza, paciencia, serenidad y voluntad para mirarlos, para cuidarlos o para quitarlos. y sabes? esto se siente muy muy extraño...

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