este viernes 28 de noviembre es el último viernes de un tremendo ciclo, este viernes mi hija termina el colegio. me emociona verla tan mujer, empinándose desde sus 19 añitos a vivir el 20º... y su exquisita tranquilidad que me cobija cada vez que viene. pero no olvido aquellos días de furia y de sangre, y quizás por eso el contraste es más fuerte aún, los opuestos, aquí mismo, presenciàndolos, confluyendo hacia templar el carácter de mi niña hermosa, de mi hija.
a eso de las 22 hrs será mi fiesta para ella, ojalá participes desde donde sea que estés y la recuerdes, y sientas como deja atrás este tremendo pedazo de vida y ojalá sientas cómo se entrega feliz (porque ella está feliz) a todo lo nuevo que está por suceder. ojalá oigas las copas y su ¡plik! al brindar. ojalá escuches el eco de lo que tengo guardado hace 19 años para decirle...
y pensar que aún no llego a la mitad de mi vida y una vez más me veo parada mirando lo que he cultivado a mi alrededor. y ya los primeros frutos se están pintando de color, y me veo al espejo, y ahí estoy yo, detrás de esos ojos brillantes y preguntones... ahí estoy yo, la misma que robaba flores, que temía a los perros, que corría más rápido que los demás... pero esta vez estoy adornada. tengo brotes, tengo muchos brotes y también tengo entereza, paciencia, serenidad y voluntad para mirarlos, para cuidarlos o para quitarlos. y sabes? esto se siente muy muy extraño...
jueves, 27 de noviembre de 2008
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