miércoles, 5 de diciembre de 2007

Gibreel Farishta...

"Pero en aquel entonces él pensaba que para eso estaban las mujeres, que eran los vasos en los que él podía derramarse y que, cuando él se iba, tenían la obligación de perdonarle. Y es cierto que nadie le reprochaba su abandono, sus mil y un atolondramientos, y cuántos abortos, preguntaba Rekha en el hueco de la nube, cuántos corazones destrozados. Durante todos aquellos años, él fue beneficiario de la infinita generosidad de las mujeres, pero también su víctima, porque tanto perdón hizo posible la más profunda y más dulce de todas las corrupciones, es decir, la idea de que no hacía nada malo."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nada que declarar y tu serias capas de hacer una declaracion porque yo solo tengo cosas buenas para darte pero claro reconocerlo seria mucho pedir aun cuando las moscas en la mierdan ya no esten

Laurelito dijo...

las moscas ya no están...mira, acércate...