me está sucediendo que un tipo me encuentra igual a él. cree que soy su reflejo. piensa que soy la compañera que necesita para su vida y está inmensamente feliz de haberme encontrado. mientras que yo veo a un tipo que le falta madurez. le falta pensar. le falta fuerza. le sobra egoísmo. le sobra machismo. le falta autoestima.
en este escenario me he oído cuestionándolo sobre cada cosa que dice, piensa, no piensa, hace o no hace... y en vez de oír de vuelta un ándate a la cresta, oigo ohhh me encanta como eres. hoy pienso en cómo dejar la maldad y decirle la próxima vez que se olvide de mí. o tal vez sea más honesta de lo que han sido otros conmigo y le diga simplemente que me resulta insípido, transparente y primitivo, que no me gusta. que quizás, algún día, tal vez, quién sabe, que la paciencia, que no es él... que soy yo... que ya no transo.
domingo, 7 de marzo de 2010
desde la mitad...
desde la mitad...de la semana, que parece lunes aún... qué loco tener el lunes pegado en mis sensaciones desde hace tanto tiempo. ayer cuando subía las escaleras del metro salvador pensaba en ello, en lo necesario que son los finales, la necesidad de marcar ciclos, o lo sano que ello es, saber que no estamos extendidos como el viento sino que somos redondos como la Tierra. creo que necesito ciclos, necesito finales. y sabes, esta mañana en la ducha, con la cabeza llena de shampoo por fuera y llena de jaqueca por dentro, miré cuánta sangre salía de mi cuerpo... fue impactante pero ahí ví mi propio ciclo, mi cuerpo que a pesar de todos los descalabros de una mala concepción del autocontrol, está ahí, entregándome el tan necesitado final. me alegró saber una vez más que no todo se puede controlar...
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